
Entrevista de Diego Díaz
Entrevista
DD – He leído mucha investigación sobre cómo las hijas mayores son más vulnerables a enfermedades autoinmunes, etc. ¿Podrías hablar un poco sobre ser la hija mayor y tu experiencia con esto?
KG – Creo que muchas hijas mayores fueron criadas para “aguantar” y ser fuertes. Si piensas en esa sensación de “aguantarse”, es una de las palabras más feas y agresivas que se siente en el cuerpo. Si piensas en “Aguantándonos, aguantándonos, aguantándonos… ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas? ¿Tienes hambre? ¿O no?”, entonces el cuerpo empieza a consumirse a sí mismo, a destruirse. Si no lo estás cuidando, el cuerpo no sabe cómo cuidarse. Muchas hijas mayores son las últimas en ir al doctor o en hacer esas citas. Yo era muy buena haciendo citas para mis hermanos o para mi mamá, pero a menudo me dejaba a mí misma en último lugar. Entonces, no soy profesional médica; dejé la carrera de Pre-Medicina. Una de las investigaciones más importantes en este campo muestra que las latinas, específicamente las hijas mayores, sufrimos y nos aguantamos muchísimo más, lo que nos pone en mayor riesgo no solo de problemas físicos, sino también psicológicos que después tenemos que atender. Llegamos a ese punto donde el cuerpo casi nos fuerza a cuidarnos y a hacer los cambios necesarios. Es algo que necesitamos apapachar: las hijas mayores no sabemos cómo apapacharnos a veces o dejarnos apapachar. Así que diría que mi receta es: “Déjate apapachar, aprende cómo hacerlo e invita a otras personas a hacerlo también.”
DD-Aún no termino de leer el libro, pero solo quería agradecerte porque nunca había leído una historia con la que me he identificado tanto y tan de cerca.
KG – Gracias y gracias por estar aquí. Como que creo que parte de por qué lo escribí es porque crecemos sintiéndonos tan solos, algunos de nuestros dolores más profundos y simplemente, como sabiendo “que no estamos solos en este sufrimiento,” es medicina en sí mismo y quería que esto se sintiera como un poquito de Vaporub para nuestras heridas, nuestros corazoncitos y sabiendo que son nuestras historias. Lo estamos haciendo nuestro y simplemente un espacio para reunirnos. Cuando escuché que se estaban presentando antes de que yo entrara, para mí eso es una gran parte de esto porque estamos compartiendo un lugar tan sagrado, compartiendo nuestras historias, y siendo testigos unos de otros, y no vamos a salir igual que como entramos. Entonces, como cuidarnos mutuamente. Somos hermanas en este lugar. Espero que abran su corazoncito ahorita para recibir. Eso es lo que necesitamos.
DD-Me identifico con muchas de las cosas que decías en este libro y comencé mi viaje de amor propio y escribir un diario, sanando mis traumas y heridas. Me pregunto si tienes algún consejo sobre cómo sanar. Tengo hermanos que tienen heridas y traumas y quiero ayudarlos a sanar. Sé que el trabajo empieza conmigo, empieza con ponerme a mí primero, luego ayudar a los demás. Me pregunto si tienes algún consejo para cuando llegas a este punto de “Ok, siento que ya hice el trabajo por mí misma. ¿Estoy lista para ayudar a los demás?” ¿Cómo lo haces? ¿Cómo te acercas a personas que también están tan traumatizadas y las ayudas a sanar?
DD – Tus hermanos son las personas que probablemente tienen las heridas más similares a las tuyas y son las personas que te acompañarán toda la vida, pero puedes tener heridas muy similares y elegir caminos muy diferentes. Como para mí, la mayor, muchas veces desearía “¡Siéntate! ¡Vamos a sanar!”. Lo que me ha ayudado con mis hermanos es que hubo ciertas cosas que tuve que hacer activamente para allanar el camino y ser un modelo, pero era yo haciéndolo por mi historia. La manera en que trabajo mucho con mi terapeuta y mis clientes es como “Estás eligiendo escribir tu historia, eligiendo plantar estas semillas en tu jardín. Estoy eligiendo deshacer y desarraigar ciertas cosas. Estoy eligiendo enfrentar conversaciones difíciles, poner límites, romper ciertos ciclos por mí. Te puedo invitar. Te invito a disfrutar de los ‘frutos de mi jardín’”. En el pasado, cuando mucha de mi familia estaba muy metida en su trauma, no me dejaban de hablar porque me tardé mucho en poner límites y hacer las cosas de manera diferente. Yo me sentía como si me hubieran tirado de un bote que se hundía, así que tuve que aprender a hacer un bote para mí que no se hundiera, y quería asegurarme de que ese bote fuera lo suficientemente grande para que pudieran venir si lo necesitaban. Mi trabajo no era arreglar ese bote que se hundía. Mi trabajo no era enseñarles a nadar. Mi trabajo no era forzarlos a lo mío. Mi trabajo era asegurarme de que el bote que estaba construyendo no se hundiera y de que fuera lo suficientemente grande para ellos también, si querían. Desde allí, podían descansar, recuperarse y luego tú dices: “Ok, ahora puedes ir y construir tu propio bote. No tienes que quedarte en un bote que se hunde. Tienes derecho a plantar tus semillas en tu propio jardín. No puedo plantar tus semillas por ti. No puedo hacer que crezcan. No puedo ir a terapia por ti. Tu historia los invitará a saber que hay una historia diferente que pueden escribir para sí mismos. Tu jardín los invitará a ver que hay cosas diferentes que pueden cultivar en su jardín y que puedes plantar esas semillas y asegurarte de que crezcan. Es difícil y solitario cuando haces el trabajo por ti misma.
DD-Me gusta escribir, pero me encuentro con bloqueo de escritor muy seguido. ¿Cuánto tiempo te tomó escribir esto? ¿Cómo fue el proceso? ¿Cómo te organizaste para terminarlo? ¿Ya tenías en mente los capítulos o sabías el tema y simplemente escribiste sin parar?
KG -El proceso me tomó mucho tiempo. Sabía que este iba a ser un libro que me iba a costar mucho escribir. Tenía mucho miedo de escribirlo porque me hacía enfrentar muchas cosas en mí y no quería escribir desde mis heridas. No quería sangrar sobre la página. Quería escribir desde el lugar de mis cicatrices, los lugares desde donde me he sanado para poder presentarme de una manera diferente. La energía que transmites cuando escribes desde tu herida frente a cuando escribes desde la medicina se siente diferente y para mí era importante escribir desde la cicatriz. Para estar lista para escribir, me tomó años y luego, cuando sentí que estaba lista, lo que me ayudó fue hacer un esquema de los capítulos, pero no fue tan fácil. Recuerdo que después de no escribir durante unos 2 meses, me senté y estaba leyendo lo que había escrito y recordé mi propósito, el por qué lo estaba escribiendo y para quién, y eso me ayudó a seguir. El bloqueo de escritor es parte del proceso. El miedo, el síndrome del impostor y el autosabotaje también aparecen. Pero lo que siempre me ayudó a seguir fue el propósito, “Por qué me sentí llamada a escribir este libro y para quién” y quería que fuera medicina. Trata tu escritura como si estuvieras teniendo un romance con ella. Hay tramposos allá que siempre hacen tiempo. Tienen una familia entera, pero siempre hacen tiempo para estos amoríos. He escrito casi en todas partes. Si tienes la pasión, harás el tiempo.
DD¿Cómo has navegado el síndrome del impostor? Sé que dentro de la industria editorial puede ser muy blanca. ¿Cómo has navegado ser a veces la única en ciertos espacios? Yo mismo estoy reflexionando sobre eso en el lugar de trabajo. Soy el único Latinx en la sala y la única persona de color. Acepto mi identidad y no me importa, pero para otros puede ser muy difícil. Entonces, ¿cómo has navegado eso en tu camino?
KG – Una gran parte es aceptar quién eres, donde sea que estés y con quien sea que estés. Antes, parte de la supervivencia es hacer “code-switch”, te haces chiquita para encajar en ciertos espacios, o simplemente para no ocupar mucho espacio. Pero para mí, lo que me ayudó mucho fue saber quién soy y por qué soy como soy, pero también saber mi propósito en estos espacios. Si no uso mi voz en el lugar en el que estoy, va a haber silencio, y cuando estaba en la escuela de posgrado, muchas veces temblaba, pero me decía a mí misma: “No voy a decir esto: ‘Estás enseñando algo hecho para gente blanca’”. Y si traes esta modalidad terapéutica a una familia Latinx, estás causando más daño. Si no lo digo, nadie lo va a decir. Pero porque lo dije, van a cambiar el plan de estudios para que sea más inclusivo. Tenemos poder y tenemos que usar ese poder. Nos estamos haciendo un daño a nosotras mismas y a nuestra comunidad si nos achicamos o dudamos de nosotras mismas. Parte de eso es desaprender esa depresión internalizada y aprender a vernos a nosotras mismas a través de los ojos del amor y no a través de los ojos del opresor, porque a veces cuando estamos en estos espacios, nos miran como si fuéramos más pequeñas o no nos consideran. En la industria editorial, debo abogar mucho por mí misma. Incluso por el español en el libro, tengo que pelear por eso. “Oh, bueno, queremos que esto sea para una audiencia más general”. Yo no estoy escribiendo esto para una audiencia general. La gente para la que lo escribo sabe quiénes son y así es como sanamos y recibimos ciertas cosas. Hay cosas que no traduzco porque no se pueden traducir y entonces, como también saber el porqué y el poder que tenemos. Pero sí, el síndrome del impostor sucede, pero siempre recuerda quién eres y ¡acéptalo!
DD-Gracias, Kim, por compartir con nosotros tu tiempo, tus experiencias y tus palabras tan llenas de fuerza y amor. Nos recuerdas lo importante que es apropiarnos de nuestras historias, sanar desde el amor propio y usar nuestras voces para crear espacios donde podamos crecer y apoyarnos como comunidad. A través de tu trabajo, nos inspiras a ver nuestras heridas como medicina y a abrazar quiénes somos sin miedo. De verdad, te agradecemos por ser esa luz y esa voz que tantas personas necesitan. Ha sido un honor escucharte y aprender de ti.
En Café Con Libros (Brooklyn)
Interview
The English translation of the interview will be available soon.


Leave a Reply